lunes, 10 de diciembre de 2012

DEPORTES


Las Vegas-Juan Manuel Márquez no tuvo necesidad de impresionar a los jueces, ni el árbitro de contar 10. El púgil mexicano se encargó el sábado de todo con una derecha explosiva que dejó a Manny Pacquiao desvencijado con el rostro en la lona y con su asombrosa carrera en duda en la cuarta pelea de una de las sagas más emocionantes en la historia del boxeo.

Sin ganar una decisión en las tres peleas anteriores entre ambos, Márquez venció a la antigua con un poderoso golpe de derecha que derribó a Pacquiao por segunda vez en la pelea. La segunda fue definitiva, a los 2:59 minutos del sexto asalto.
El árbitro Kenny Bayless ni se molestó en contar, mientras Márquez celebraba saltando con las manos en alto y la esposa de Pacquiao rompía en llanto cerca del cuadrilátero, “Lancé un golpe perfecto”, afirmó Márquez. “Sabía que Manny podía noquearme en cualquier momento”.
El nocaut fulminante fue un final sensacional a una pelea emocionante, la cuarta en los últimos ocho años entre ambos boxeadores.
También podría ser el fin de la carrera del filipino, aunque después de perder dijo en el cuadrilátero que le gustaría pelear por quinta vez con Márquez. “Si nos dan la oportunidad, pelearemos otra vez”, expresó Pacquiao. “Empezaba a sentirme confiado y entonces me descuidé”.
Fuera de combate Pacquiao fue derribado en el tercer episodio, pero respondió tirando a Márquez en el quinto, y los dos intercambiaron duros golpes en el sexto hasta que el mexicano puso fuera de combate al filipino que terminó boca abajo en la lona.
“Creí que lo tenía en los dos últimos rounds, pero fui conectado con un golpe fuerte”, dijo Pacquiao. “Nunca esperé ese golpe”.
Pacquiao permaneció en la lona unos dos minutos hasta que su equipo lo levantó, mientras Márquez festejaba y los espectadores que atestaron el MGM estallaban en exclamaciones. Luego de ser llevado a su esquina, Pacquiao se sentó en el banco, se limpió la nariz y estuvo con expresión ausente mientras sus ayudantes le quitaban los guantes.
Más tarde, fue llevado a un hospital para un estudio de precaución. “Siempre trabajé en ese golpe”, indicó Márquez. “Sabíamos que él saldría agresivo, así que elaboramos un plan de pelea que era más técnico. Pudimos capitalizarlo”.
Márquez había prometido derrotar por fin a Pacquiao luego de perder dos reñidas peleas y empatar la primera. Pero después de que Pacquiao lo derribó en el quinto y lo tundió con la mano izquierda, parecía que sería la noche del filipino.
En el sexto episodio, el ritmo fue incesante. Los dos intercambiaron fuertes golpes cuando se pronto hacia el final del asalto Márquez soltó un golpe de derecha que se estrelló en la mandíbula de Pacquiao, quien se desplomó y quedó desvencijado en la lona.
“Sentí que salió a noquearme en los tres últimos rounds”, dijo Márquez.
Esta fue la segunda derrota consecutiva de Pacquiao, quien perdió por decisión ante Timothy Bradley en junio. Entonces dijo que estaba dispuesto a recuperar su prominencia en el cuadrilátero.
Pacquiao, que ganó más de 20 millones de dólares por la pelea, iba adelante 47-46 en las tarjetas de los tres jueces después del quinto episodio.
No hubo título de por medio en el combate en las 147 libras (66,7 kilos), pero eso no impidió que los 16.349 espectadores colmaran la Grand Arena del MGM ni que lanzaran exclamaciones al unísono desde la primera campanada.
La intensidad del combate fue evidente en los 94 golpes que acertó Pacquiao en 256 intentos, contra los 52 entre 246 de Márquez.
El tremendo nocaut fue la primera derrota inequívoca de Pacquiao en siete años. El revés ante Bradley fue considerado no del todo convincente por observadores.
Márquez mejoró su palmarés a 55-6-1 con 40 nocauts, mientras el registro de Pacquiao disminuyó a 54-5-2.
El promotor Bob Arum dijo de inmediato que podría considerar una quinta pelea, y Pacquiao, todavía aturdido, pareció coincidir. “¿Por qué no?”, contestó.




Santo Domingo-Moisés Sierra disparó un jonrón y remolcó tres carreras ayer para contribuir al triunfo de los Gigantes del Cibao con marcador de 6-4 sobre los Toros del Este, en partido celebrado en el estadio Francisco Micheli.
Sierra conectó su bambinazo de dos vueltas en el segundo episodio frente a los envíos del veterano Claudio Vargas y trajo al pentágono a Leurys García, quien había conectado un sencillo para darle una ventaja inicial a los nordestanos con marcador de 2-0. Para Sierra fue su quinto bambinazo.
Los Gigantes marcaron otra vuelta en el sexto capítulo, pero los Toros empataron en la conclusión de ese acto, empero los ganadores anotaron en el séptimo y el octavo para asegurar el triunfo. Su éxito ante los Toros le propició escalar al tercer puesto en la tablas de posiciones ahora con marca de 20-22, los romanenses fueron relegado al cuarto puesto con foja de 20-23 y se encuentran en su peor racha de fracasos de la campaña. 
Aún así los Toros aventajan a los Leones del escogido por tres partidos y 3.5 de ventaja sobre los Tigres del Licey. Los Gigantes ganaron el choque gracias a cuatro carreras que anotaron en el último tercio del partido.
Juan Pérez, (2-0) el quinto lanzador de los Gigantes fue el pitcher ganador, mientras que Johnny Núñez lanzó nuevamente de manera impecable para anotarse el salvamento, su nóveno de la campaña. Felipe Castillo (0-1) fue el derrotado.
Por los Gigantes sobresalieron con el madero, Sierra con su jonrón y sencillo, remolcó tres vueltas; Wilson Valdez disparó un trío de imparables, mientras que Nelson Cruz, Marcell Ozuna, Jean Segura y Leurys García produjeron dos incogibles cada uno.
En tanto que por los Toros, Diorys Hernández disparó tres incogibles y produjo dos vueltas, Eduardo Núñez ligó un tubey. 
Santiagp-Fernando Tatis conectó un sencillo productor de la carrera que rompió el empate en el noveno inning y los Leones del Escogido se mantuvieron con esperanzas clasificatorias al derrotar ocho carreras por siete a las Águilas Cibaeñas en el Estadio Cibao.
Fue un partido muy inusual para el pitcheo de los rojos que en resumen lanzó ocho ceros y que recibió todo el castigo de siete carreras en una misma entrada.
Después de tirar siete ceros, el abridor escarlata Nelson Figueroa cedió tres anotaciones en el octavo de los aguiluchos, que igualaron el marcador en ese episodio gracias a un rally sustentado por siete imparables y un wild pitch.

En su esfuerzo de seguir con oportunidad de clasificación los Leones conectaron 13 imparables; Mauro Gómez y Fernando Tatis dieron cuadrangulares cada uno, Julio Lugo bateó de 5- 5 y remolcó tres carreras, Ryan Flaherty dio tres hits y Ramón Santiago agregó dos, para mantener vivas las aspiraciones de los melenudos para llegar al round robín del béisbol dominicano.
A pesar del triunfo, los escarlatas (17-26) restando ocho partidos de la serie regular, están a tres juegos del cuarto puesto clasificatorio en poder de los Toros del Este (20-23) y a tres y medio del tercero ocupado por los Gigantes del Cibao.
Ante la ausencia de seis jugadores titulares de las Estrellas, Miguel Ángel Sanó fue colocado ayer como cuarto bate por el dirigente Dave Jauss y así se comportó.
El cotizado prospecto bateó de 4-3, incluyendo un doble comenzado la novena entrada y un jonrón con dos a bordo en la misma para coronar un rally de ocho carreras, y los Orientales derrotaron sorprendentemente 9-5 a los Tigres del Licey.
Los felinos tenían una cómoda ventaja de 5-1, pero la pesadilla azul comenzó  cuando Sanó saludó al cerrador Víctor Marte con tubey que rebotó en el prado derecho, el primero de los dos dobles que disparó en el juego.
Un error de Anderson Hernández sobre un machucón de Jerad Head complicó las cosas. Eliezer Mesa dio un toque de hit y se llenaron las bases.
Marte dio boleto a Johnatan Arias y Sanó entró con la primera vuelta de las Estrellas en la entrada y segunda en el choque.
Posteriormente, los emergentes Nelson Perez y Brad Snyder impulsaron dos carreras cada uno contra el zurdo Juan Cedeño y los Elefantes se fueron adelante 6-5.
Lanzando Oneli Pérez, Luis Jiménez se embasó posteriormente por error en tiro de Juan Francisco, preparando el escenario para el tablazo de cuatro esquinas de Sanó por el left que dejó sin aire al Licey. 
El pobre relevo y defensa de los felinos echó por la borda otra encomiable labor monticular del colombiano Julio Teherán, quien lanzó seis entradas de un sólo un hit, cero base y ocho ponches en su despedida de la Liga Dominicana. 
Los Tigres habían tomado la delantera 2-0 en el primero con sencillos productores de una carrera de Hanley Ramírez y Donell Linares ante el abridor Evan McLane. El cuadrangular sin nadie en base del propio Hanley amplió la ventaja azul 3-0 en la parte baja del cuarto.
El Licey hizo sus pultimas dos carreras en el quinto, pero el resto del partido fue silenciado por el relevo oriental. Las Estrellas pisaron el plato por vez primera en el octavo ante Willy Lebrón, que había reemplazado en el séptimo a Teherán. 
La victoria correspondió a Dusty Hudghes (1-0) y perdió Cedeño (3-1).