viernes, 3 de diciembre de 2010

Esta si que es una dura de verdad.

Su voz es la ley. Siembran el terror con una mirada o una sonrisa y utilizan sus dotes de mujer de la manera más calculadora y mortífera. Han podido incursionar en un esquema criminal acaparado por la testosterona y han cogido las armas como cualquier otro sicario que campea por su respeto.

A pesar de que el narcotráfico ha sido un esquema criminal dominado históricamente por el hombre, las mujeres están ocupando papeles protagónicos como gatilleras y dueñas de puntos. Se hacen escuchar, se hacen obedecer y juegan un papel activo en la guerra de los puntos de drogas.

No son misses ni quieren serlo y algunas de ellas se inspiran con las imágenes y los relatos que aparecen en las páginas cibernéticas del underground criminal, como si se tratara de narcocorridos mexicanos. Su fuente de inspiración: otras mujeres como "Moncha la Grilla" y "Sonia la Pata" , quienes encabezaron organizaciones criminales durante los años 80 y 90 que se encargaban de la importación y distribución de drogas en varios municipios de la zona metropolitana y el área norte del país.

Durante los últimos años, las mujeres han despuntado en el organigrama de los puntos de ventas de drogas como empacadoras, vigías, contables, pero también han surgido otras figuras que han roto el molde al tomar las armas contra sus rivales.

Se rumoraba que una de las sicarias más peligrosas de la zona metropolitana era una joven esbelta de mirada penetrante que fue arrestada por las autoridades federales en un operativo realizado contra una poderosa organización criminal encabezada por "Marcián", apodo de José Colón de Jesús. Resultó ser Griselle Lacosta Franco, mejor conocida como "la Prieta" o "la Negra", quien ocupa la décimaséptima posición del pliego acusatorio federal que se radicara contra los más de 100 miembros de la pandilla de Marcián. Lacosta Franco utilizó armas de fuego para proteger a su líder, los miembros de su organización criminal y las ganancias generadas por la venta de drogas en varios complejos públicos de Bayamón. La mujer hizo admisión de culpabilidad ante el juez federal José A. Fusté, sobre su papel como gatillera en la ganga .

Pero la descripción de las tareas de la gatillera por los federales no parecen hacer justicia a las leyendas urbanas que han girado en torno a su persona. Además de haberse vinculado a dos asesinatos, la mujer jugó un papel clave en guerras rivales que desplazaron a otros cabecillas poderosos de Bayamón. "La mujer agresiva en el punto de drogas nunca fue tan común, pero ella no era del montón. Se le vincula a asesinatos y disciplinaba en el punto de drogas", indicó a este diario un investigador de la Policía con conocimiento directo de las operaciones de narcotraficantes de la zona de Bayamón.

La lealtad que inspiraba la sicaria era de tal magnitud que compañeros de su punto en el residencial Virgilio Dávila dispararon contra el centro judicial de Bayamón hace varios años luego de un intento fallido por la Policía para ponerla bajo arresto. Las autoridades pudieron detenerla en un megaoperativo realizado en Virgilio Dávila en julio de este año.

Tan reciente como el pasado 18 de noviembre, la Policía de Puerto Rico arrestó a una mujer identificada como Michelle la Caliente, mejor conocida como la "Zarina de la cocaína" del residencial El Edén, en Canóvanas. La presunta narcotraficante había sido vinculada a la distribución de sustancias controladas desde su juventud y se encontraba en probatoria al momento de su arresto tras haber sido acusada de narcotráfico.

Según las fuentes policiales, la dueña del punto generaba cerca de $900,000 anuales con la venta de cocaína y encabezaba una organización que operaba los siete días de la semana desde las 6 de la mañana hasta las 12 de la medianoche. Cayó como parte de un operativo que se realizaba contra 20 puntos de drogas a lo largo y ancho de la Isla.

Tendencia global

La incursión de las mujeres en el narcotráfico como dirigentes de operaciones para importar drogas también forma parte de una tendencia global.

Algunos expertos en el tema han encontrado una correlación entre los narcoestados y los pestos que asumen las mujeres narcotraficantes. Por ejemplo, Zeta, uno de las publicaciones mexicanas más combativas contra el narcotráfico, aseguró que "la relación entre las mujeres y el narcotráfico es cada vez más amplia, y aunque todavía es común que sean utilizadas como mulas para transportar la droga, su desempeño dentro de estas organizaciones es ahora fundamental, como líderes que toman decisiones y dan órdenes" .

Aunque en Puerto Rico han escaseado los asesinatos contra mujeres narcotraficantes, en los narcoestados como México y Colombia, las muertes de mujeres se están estudiando como un nuevo fenómeno criminal. "Todo esto ha tenido como consecuencia que, al igual que los hombres, sean ejecutadas", se recalca en la investigación de Zeta sobresobre la violencia cometida contra mujeres narcotraficantes en Baja California.

Para el sociólogo José Rodríguez, la incursión de las mujeres en los puestos no tradicionales del narcoorganigrama podría deberse a diversos factores que guardan relación con el alto nivel de competencia que rige el narcotráfico. "Es la feminización de la supervivencia. Son mujeres que rompen el molde. Es un fenómeno multidimensional y también se puede ver dentro del contexto de las oportunidades dentro de un sistema competitivo" , sostuvo el experto al asegurar que la tendencia reta la jerarquía de poder que tradicionalmente mantuvo el hombre sobre los puntos de drogas.fuente//infobae.com