La demanda también incluye indemnización por daños y perjuicios. Tenía 22 años cuando fue falsamente acusado por testigos usados por la fiscalía en una negociación para que lo señalaran el asesino de un hombre, al que mató otro en medio de una pelea frente a la desaparecida discoteca Palledium de la calle 14 en el Bajo Manhattan.
Su abogado, Michael Lamonsoff, se preguntó cuánto valen los años de juventud perdidos por Bermúdez mientras estuvo en la cárcel injustamente. “¿Cuánto vale eso, alguien me puede dar una cifra?”, insistió el jurista.
Desde el primer día de su arresto, el dominicano que fue liberado a los 40 años edad, luego que la organización Proyecto Inocencia tomara su caso, se hicieran pruebas de ADN, se revisaran las evidencias y los tecnicismos de los fiscales usados con manipulación en el juicio, Bermúdez se mantuvo manteniendo su inocencia.
Juzgado y hallado culpable por un jurado en 1991, fue en noviembre del 2009 que un juez de
“Busco justicia para mi familia y que lo que pasó a mí, no le pase a nadie más”, expresó el ex reo dominicano que se graduó de abogado en la cárcel y consiguió otros títulos académicos. En una entrevista con este reportero, el mismo día que fue liberado, Bermúdez dijo que se uniría a varias organizaciones de derechos civiles para luchar por la libertad de otros inocentes que conoció en la reclusión.
Para él, el haber salido de los barrotes hace algo más de un año, no significa que su vida se haya recompuesto. El largo trauma de haber perdido la mitad de su vida por un homicidio que nunca cometió, podría permanecer por siempre en su espíritu.
“Hubo muchos momentos en los que perdí la esperanza, porque es muy duro, difícil el convivir con esa verdad que se guarda cada día a sabiendas de que eres inocente”, añadió.
“Me confundo y me levanto todos los días con el corazón muy incómodo, porque creo que me están contando todavía en la cárcel y es mi esposa la que me dice que estoy en la casa y que no me preocupe”, sostiene Bermúdez, oriundo de Santiago de los Caballeros y criado en el Alto Manhattan.
Actualmente, el ex prisionero dicta charlas en universidades y otros centros educativos para dar a conocer su dramática historia. Manifiesta que se está concentrando en su esposa, sus hijos y toda su familia.