lunes, 9 de mayo de 2011

Onda peligrosa

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se encuentra en una onda peligrosa y juega con el poder, en medio de la recomposición del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que ayer proclamó a su candidato presidencial, y ese comportamiento podría conducirlo a tragar el polvo de la derrota el próximo año.

Sería una derrota histórica, porque estaría de por medio el drama del 2000, cuando desde el poder vio cómo sus contrarios retomaban el poder, y esta vez la causa no derivaría de la pérdida de un aliado como Joaquín Balaguer, sino especialmente de una división no comprobable o por la obstrucción deliberada de una parte del partido.

La cuestión fundamental radica en que en medio de unas primarias, una apreciable parte de la militancia peledeísta está sentada porque se ha quedado sin propuesta electoral.

Los seguidores de Leonel Fernández, que hicieron todas sus apuestas a una reelección imposible, de repente se quedaron sin opción para el proceso electoral y actúan como si no tuvieran una dirección política.

Parte del entorno del Presidente calculó que podía heredar su liderazgo o al menos lograr su patrocinio, pero eso no parece cuajar. El mensaje de “neutralidad” ha calado demasiado hondo y hay quienes han proclamado como él que están al margen del proceso, al extremo que han pedido a la comisión electoral que los incorpore en sus respectivas demarcaciones.

Quizás se llegó demasiado lejos con la estrategia de propiciar las vías para la propuesta reeleccionista y a los compromisarios les resulta demasiado difícil el retorno.

Algunos pensaron que la decisión del comité central de aprobar la precandidatura presidencial de Margarita Cedeño de Fernández constituía una seria apuesta de poder, pero los días se encargaron de demostrar que no obedecía a una intención del mandatario, sino que fue el producto de la espontaneidad de una parte de sus seguidores.

De nuevo, el presidente Fernández tendría que intervenir para que las fuerzas que lo apoyen abandonen un inmovilismo peligroso que puede amenazar al PLD mismo.

Con un “reeleccionismo marginal” que no encuentra de qué agarrarse, pero que sin embargo está en el poder, sea en el gobierno central, en el Congreso y los municipios, quizás sea necesarioun llamado a la acción.

Naturalmente, a ningún líder político le resulta grato endosar sus fuerzas a ningún precandidato o heredero, pero al menos podría distribuirlas.

La historia dominicana registra algunos casos de liderazgos que han procedido de esa manera, pero generalmente esos actos de desprendimientos tienen resultados pocos halagüeños para quienes los protagonizan.

Pero el presidente Fernández podría preguntarse a cambio de qué… Dependerá de la inteligencia de quienes están en capacidad de hacer concesiones en una lucha interna en la que el presidente no tiene nada en juego y lo puede dar todo. Quizás es el nudo que los competidores no entienden cómo desatar. En esa perspectiva, corresponde al más aventajado ponerle las cartas sobre la mesa al líder del partido.

Por ahora, los precandidatos se han conformado con lamentar el inmovilismo de una parte del partido, manifiesto a través de un grupo de senadores. Incluso, se ha llegado al extremo de tildar a quienes declaran neutralidad como traidores.

¿HORA DE PACTAR?

El PRD no deja de ser una escuela en la política criolla y tiene una larga historia de pactos, aunque al final los incumplan o los irrespeten, pero suele ser la vía para zanjar las diferencias y avanzar.

Quizás al PLD, como partido de poder, le ha llegado la hora de los pactos, que aunque no se escriban, podrían ser necesarios para la conformación del nuevo poder, si es que de verdad trabajan para salir airosos de este trance y lograr el favor de los electores.|

Primero, la agrupación tendrá que escoger a su candidato presidencial y sólo entonces tendría que producirse una negociación conveniente que permita una campaña electoral incluyente y ganadora. Y ese instrumento sería la llave para abrir la compuerta de la participación de los pasivos.

No hay que olvidar que esos senadores y muchos de los miembros del comité político son los ganadores de las últimas contiendas electorales del PLD y se estarán diciendo que con ellos hay que hablar y contar. Probablemente prefieran hacerlo después del 26 de junio, cuando se celebrarán las primarias.

Para esos fines, una victoria disminuida sería un acicate eficiente para un entendimiento. Algo perverso, como suele ser la política, pero parte de su cruda realidad. Sin embargo, si se encuentra una vía de escape para antes de esa fecha, los eventos pudieran resultar mejores.fuente//enteraterd