Los Yankees también ganaron el primer partido de la serie en la décima entrada (2-1) y por una carrera de diferencia.
El cuarto duelo se la serie, que podría ser el definitivo, se llevará a cabo hoy jueves por la noche, nuevamente en el Yankee Stadium.
La novena neoyorquina subirá al montículo a Phil Hughes, que se enfrentará a Chris Tillman o Joe Saunders, posibles abridores por los Orioles.
El bate de Ibáñez, que salió como emergente y designado por el dominicano Alex Rodríguez, fue la clave para que los Yankees se encuentren a sólo una victoria de disputar el título de Liga.
Los Yankees, que iban perdiendo 1-2 desde el quinto episodio, tuvieron en Ibáñez, que salió como emergente, el bate explosivo que en el noveno episodio empató la pizarra con batazo de cuatro esquinas.
Ibáñez castigó al relevo Jim Johnson desapareciendo la pelota por todo lo alto del jardín derecho, en la parte baja de la novena entrada cuando había un “out” en la pizarra.
El boricua logró desarticular la serpentina de los Orioles y en el décimo segundo episodio nuevamente les botó la pelota a la calle para darles a los Yankees el triunfo.
Ibáñez volvió a castigar por el jardín derecho, esta vez al relevista Brian Matusz con otro bambinazo solitario.
La victoria fue para el cerrador David Robertson (1-0) que en dos episodios, permitió un imparable y ponchó a dos bateadores rivales.
Los Orioles también mostraron el poder de su batería con dos cuadrangulares, el primero del segunda base Ryan Flaherty (1) en la tercera entrada, sin gente en el camino.
El segundo jonrón, que también fue un bambinazo solitario, corrió a cargo del antesalista de origen dominicano Manny Machado (1) que lo conectó en el quinto episodio.
La derrota la cargó Matusz (0-1) al trabajar una entrada para aceptar un jonrón, una carrera y ponchó a un bateador rival.
Por los Yankees, el dominicano Robinson Canó de 4-0.
“Si el mundo del béisbol no sabe de la clase de competidor que es, pues es porque no habían estado prestando atención”, dijo Matt Holliday, el jardinero de los Cardenales. “Todos fuimos testigos de su dedicación en su regreso, verlo prepararse entre cada apertura. Es un fenómeno. Es el tipo de lanzador que quieres tener en el montículo”.
Los Cardenales estropearon la fiesta en el Nationals Park, repleto con una cifra récord de 45.017 aficionados para presenciar el primer juego de postemporada en la capital estadounidense en 79 años. Tres relevistas completaron la blanqueda para los Cardenales, que podrían sentenciar la serie con un triunfo en el cuarto partido el jueves.
“No estamos acabados, por nada”, dijo el manager de los Nacionales Davey Johnson. “He estado en peores situaciones que esta”.
Kyle Lohse abrirá por San Luis. Ross Detwiler será el encargado por Washington, que sigue firme con su plan de no emplear a su as Stephen Strasburg en lo que resta del año.
Carpenter permaneció en el club, aunque nunca creyó que lanzaría este año tras los problemas físicos que afloraron durante la pretemporada y que precisaron que fuese operado en julio.
Reapareció el 21 de septiembre y tuvo foja de 0-2 en tres aperturas en las que cubrió 17 innings.
“No saldría a lanzar si no estuviese en las mejores condiciones”, dijo Carpenter.
Carpenter permitió siete hits y concedió dos boletos en su faena de cinco entradas y dos tercios.
Dejó en 10-2 su foja de por vida en postemporada. Esa incluye un 4-0 el año pasado, en el que los Cardenales se consagraron campeones de la Serie Mundial, con Carpenter como ganador en el séptimo juego.
Salvo Ian Desmond ñde 4-3 el miércoles y de 12-7 en la serieñ, los bateadores de los Nacionales han estado apagados. Sólo han anotado siete carreras en los playoffs y están de 8-0 con corredores en posición de anotar. Dejaron 11 en circulación en el segundo partido.