lunes, 4 de febrero de 2013


Este lunes 4 de febrero se cumplen 21 años de la rebelión cívico-militar que el hoy presidente venezolano Hugo Chávez encabezó en esa nación sudamericana contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez.
 El mayor Francisco Javier Centeno era el segundo comandante del Batallón de Infantería Paracaidistas “Coronel Antonio Nicolás Briceño”, que era comandado por el teniente Hugo Rafael Chávez Frías, en el momento de los acontecimientos.
El hoy encargado de negocios de la embajada de Venezuela en República Dominicana cuenta a LISTÍN DIARIO su participación en los acontecimientos que, muchos aseguran, dividió la historia contemporánea de ese país, incluyendo detalles inéditos. Con varios actos la Embajada de Venezuela recuerda hoy esta fecha, lo que incluye una ofrenda floral y un conferencia.
“Mucho se ha hablado  al respecto, pero de las tantas cosas dichas o escritas hay algunas verdaderas, muchas mentiras y gran cantidad de distorsiones, especulaciones y tergiversaciones de los hechos, y sobre las personas que en ella participamos, pues la mayoría de los verdaderos protagonistas, de uno u otro sector, no han podido o no han querido manifestar sus opiniones o dar a conocer sus experiencias”, indicó Centeno, autor de un libro sobre esos hechos.
Cómo se involucra
Recuerda que llegó a finales de junio de 1991 al batallón de paracaidistas Antonio Nicolás Briceño, que estaba  dirigiendo el comandante Chávez y llegó como segundo comandante. Era la guarnición militar más fuerte desde los tiempos del presidente Gómez, que es donde se crea la primera unidad de la aviación y  paracaidistas. 
“Al comandante Chávez lo habían nombrado en la primera quincena de Julio y es ahí donde comenzamos a relacionarnos. Sé del movimiento que se venía gestando, del cual tenía conocimientos muy bajo, porque no estaba involucrado directamente. Comienzo a participar en las reuniones que él convocaba con los diferentes oficiales. Comienza la planificación, los ajustes y los últimos detalles y se planifica la rebelión para el 10 de diciembre del 1991, que en Venezuela se celebra el Día de la Fuerza Aérea”, precisó.
Y por qué no fue ese día
Centeno precisa que tuvieron que abortar el plan, porque hubo una delación del movimiento.
Durante todo el tiempo de planificación hubo cerca de cuatro delaciones. Los organismos de seguridad sabían, más o menos, lo que se estaba gestando, pero no tenían pruebas para juzgar a los oficiales que estaban comprometidos. “Pero si había una campaña muy intensa de movilización de  los cuerpos de seguridad, que estaban permanentemente pendientes,  y bueno,  contra todos esos tropiezos, el comandante iba imponiendo un ritmo de trabajo muy fuerte. Por eso es que hoy día podemos decir que es una persona con una gran fortaleza, incansable, yo prácticamente fui testigo presencial de su labor, de su tenacidad para organizar ese movimiento de rebelión”, refirió.
Por qué se involucra
Considera que ese movimiento fue la consecuencia del deterioro moral, ético y de todo el orden de cosas que estaba sufriendo el país y particularmente las Fuerzas Armadas, las que, asegura, habían sido infiltradas por elementos con baja moral y sin ética. Indica que había una serie de prebendas que hacían que la organización tuviera un deterioro moral de gran intensidad, y el país estaba sumergido en una pobreza extrema con unos altos índices de violencia,  y unas instituciones prácticamente corrompidas, en casi todos los estamentos.
El día D
“Una vez planificado todo, se decide a finales de enero la fecha del día D, que sería la medianoche del  tres de febrero para amanecer el cuatro. Esa era la hora en que todas las unidades debían estar en su lugar de acción para provocar la rebelión. Nosotros en Maracay teníamos una brigada de paracaidistas, compuesta por dos batallones, el que comandaba Chávez y el otro que era dirigido por un compañero que se llama Joel Acosta Chirino, y nos desplazamos hasta Caracas para tomar los puntos de control. 
Cada quién tenía un punto asignado y a la madrugada del cuatro ya prácticamente se comienza a develar todo el movimiento y las autoridades a tener conciencia de lo que estaba pasando”, precisó. 
Centeno recuerda que en ese momento el presidente Carlos Andrés Pérez regresaba de una cumbre  en Davos, Suiza, y se había planificado su captura para hacerle un juicio sumario-popular por los desmanes que a su modo de ver se estaban cometiendo en el país y por la crisis económica a raíz de lo que se llamó “el paquetazo”, que provocó subida de impuestos e incomodó a la población. 
Dijo que incrementó el precio de la gasolina y se arremetía contra las personas que estaban protestando, sobre todo los de la tercera edad que reclamaban aumentos en su sueldos por pensión de vejez y otra serie factores que estaban sucediendo en el país, que desbordó todo el proyecto que el comandante Chávez estaba planificando, como rescatar la institucionalidad de la nación.
Al preguntarle qué hacía cuando la rebelión era ya un hecho, refiere que llegó en horas de la madrugada a la ciudad capital y tomó lo que era el antiguo peaje de la autopista Caracas-La Guaira, que conduce hacia el aeropuerto internacional de Maiquetía, el principal del país, para impedir que se fugaran personas que tratarían de salir del país.  
“Ahí acantonamos un pelotón, tomamos parte de la avenida Sucre, que conduce al Palacio de Miraflores y con el resto de las tropas yo me dirigí a lo que llaman el Museo Histórico de la Nación, donde estaba Chávez, con muy pocas tropas y yo lo reforcé. Así tomo el control de todas las acciones, porque el comandante estaba coordinando lo que estaba pasando en los demás lugares”, agregó.
Descubierto
Sobre la madrugada avanzó el proceso, pero en la mañana se enteró que hubo unidades que no pudieron salir porque se produjo una alerta, se dio una orden a acuartelamiento “y perdimos algunas unidades, especialmente de la Fuerza Aérea, que no pudieron levantar los aviones y los que lo hicieron fueron contra nosotros,  en una actitud de amedrentamiento, volaron sobre el Museo Histórico, porque ellos sabían quién era que estaba al frente de la rebelión”.
Narra que todos los que llegaron hasta el final fueron apresados, pero algunos fueron sobreseídos en el proceso y fueron reintegrados. “Hoy son oficiales de servicio activo. Eran oficiales bajos y hoy son coroneles y generales. Yo salí en el 1993 y el comandante (Hugo Chávez) en el 1994”.
Considera que con el movimiento lograron despertar a la población, un estremecimiento, porque el país se levantó. “No fue un golpe de Estado, porque no había ningún plan para  quitar al gobierno”, aclaró. Se planeó apresar al presidente Pérez, que regresaba de Suiza, y hacerle un juicio sumario por toda la corrupcion en su gobierno.
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LA ENTREGA DE LAS ARMAS “POR AHORA”

Al ser descubiertos, el comandante Chávez decide entregar las armas, con la condición de que se le permitiera enviar un mensaje a las demás guarniciones para que también cedieran.
Centeno recuerda que fue ahí donde pronunció el famoso discurso “por ahora”, donde insta a sus compañeros a entregar las armas porque no se había podido lograr el objetivo que se habían trazado.
“A partir de ese momento vinieron la prisión y los juicios. Fue un proceso muy turbio, donde nos sometieron a vejaciones y cuestiones ilegales. Al final fue sobreseída la causa y salimos en libertad”, indicó.
Refiere que después, el hoy presidente Chávez comenzó a recorrer el país y logró concitar aquella opinión favorable en el pueblo que veía la oportunidad de un cambio.