El esposo, de 47 años y apellidado Zhang, sólo se lavaba unas dos veces por semana, incluso en los calurosos meses de verano, y cuando sus familiares se quejaban del mal olor, les decía que utilizasen perfume, señalaron sus hijos ante el Tribunal.
El Tribunal considera que vivir con una persona con mal olor y malos hábitos de limpieza, que no quiere enmendarse a pesar de las repetidas amonestaciones, supone una situación intolerable que justifica el divorcio.fuente/efe