puertorriqueño Sammy Ayala falleció anoche, cerca de las 9:00, mientras se encontraba recluido en el hospicio del Hospital de Veteranos, en San Juan.
Aún no se han revelado detalles de las exequias del artista, quien murió de cáncer a los 79 años de edad.
Su partida tomó por sorpresa a sus familiares y allegados porque, aún cuando se conocía de su enfermedad, su condición era estable, según indicó a Inter News Service Olga Villa, íntima amiga de la familia y líder comunitaria del sector Trastalleres, en Santurce, barrio en el que creció el exintegrante de Rafael Cortijo y su Combo.
“Para hoy teníamos preparado un rumbón (fiesta musical) como un homenaje a Sammy por ser el Día de Acción de Gracias. La semana pasada estaba bien y hasta asistió a cumplir con un compromiso en un canal de televisión. La noticia nos sorprendió y nos llena de mucha tristeza porque era una de las personas más queridas en nuestra comunidad”, señaló Villa.
Esta madrugada, su nieto, el músico Marcos López Ayala, quien estudia percusión en Berklee School of Music, compartió en su cuenta de Facebook su dolor ante la muerte de su querido abuelo.
“Hoy he perdido a una de las personas más importantes en mi vida. Mi padre, mi abuelo, mi inspiración, mi mentor. Él me crió con mi abuela y mi madre. El hombre de la casa, quien a través de su legado y su sangre me dio el amor por la música. Estoy eternamente agradecido por lo que hizo por mí, por mi educación y todo lo que me enseñó”, escribió el joven músico.
Carlos Samuel (“Sammy”) Ayala Román es recordado, ante todo, por su participación con Rafael Cortijo y su Combo, grupo donde destacó desde 1954 como bolerista, corista y güirero, y en el que conformó una alineación magistral junto a Ismael Rivera que se convirtió en la gran atracción musical de la época.
Su trabajo junto al maestro Rafael Cortijo quedó consignado en las producciones discográficas que hizo el grupo hasta 1966, así como en anuncios de televisión y películas.
En 1969, el artista, que nació en el sector Ballolita de la calle Loíza, en Santurce, se mudó a la ciudad de Nueva York donde, además de comenzar a trabajar como marino mercante, se integró al sexteto musical de Gilberto Colón, junto al que grabó los discos “Chanchullo”, “Yes, I will” y “Póngase duro”.
Luego, en 1972 se volvió a juntar con su compadre Ismael Rivera en su grupo Los Cachimbos, en el que permaneció hasta 1978, fecha en que regresó a Puerto Rico.
En esos años, Sammy Ayala participó de la grabación de varios discos, entre ellos “Esto fue lo que trajo el barco”, “Por la maceta”, “De todas maneras rosas”, “Traigo de todo”, “Soy feliz” y “Feliz Navidad”.
En su tierra natal, el artista pasó a trabajar en las oficinas centrales de la Lotería de Puerto Rico, al tiempo que creó su primera agrupación, Bombazzo, que se convirtió en un proyecto de remembranza de sus años de gloria.
En 1980, el cantante apareció en la grabación del último disco que produjo Rafael Cortijo, “El sueño del maestro”, y años más tarde se incorporó al Grupo ABC de Jesús Cepeda, con el que grabó los álbumes “La historia se repite” y “Amor de mascarada”.
Una década después, en 1997, el veterano artista reapareció en un nuevo proyecto musical que se conoció como Plenarium y en el que produjo los discos “Navidad con Plenarium” y “Hacia el nuevo milenio”.
Sus últimas actuaciones artísticas, en tanto, se dieron a la sombra del grupo Herencia, colectivo que formó junto a su hijo Carlos Luis Ayala, a la vez que actuaba como artista invitado de varias agrupaciones de bomba y plena.
Entre sus aportaciones, Sammy Ayala enriqueció el cancionero puertorriqueño con letras como “Lo dejé llorando”, “Lo mucho que te quiero”, “Dios los cría y ellos se juntan”, “Pónganse duro”, “Lo sabía” y “El que lo hereda no lo hurta”.fuente/primerahora